Hombro Congelado: Qué es, por qué afecta más a las mujeres y cómo aliviar el dolor naturalmente
El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una condición que restringe severamente la movilidad del hombro debido a la inflamación y rigidez de la cápsula articular. Muchas personas sufren este molesto y doloroso trastorno sin entender su origen ni cómo tratarlo de forma natural. En especial, afecta a más mujeres que hombres, sobre todo entre los 40 y 60 años de edad.
¿Por qué el hombro congelado afecta más a las mujeres?
Estudios médicos sugieren que los cambios hormonales, especialmente los asociados con la menopausia, podrían ser una de las principales razones por las que el hombro congelado es más frecuente en mujeres. Además, algunas enfermedades metabólicas o autoinmunes que también se desarrollan más comúnmente en mujeres (como la diabetes o los problemas de tiroides) aumentan el riesgo de sufrir esta condición.
Síntomas comunes del hombro congelado
El hombro congelado pasa por tres fases bien marcadas:
- Fase de congelación: dolor progresivo y pérdida de movilidad.
- Fase congelada: el dolor disminuye, pero la rigidez se mantiene.
- Fase de descongelación: mejora gradual de la movilidad.
Causas que pueden desencadenar el hombro congelado
Si bien no siempre hay una causa clara, algunas situaciones que lo pueden originar incluyen:
- Inmovilidad prolongada del brazo (por cirugías o fracturas).
- Enfermedades sistémicas como la diabetes.
- Trastornos tiroideos o cardíacos.
- Factores hormonales, especialmente en mujeres.
Cuidados naturales para aliviar el hombro congelado
Existen varias alternativas naturales que pueden ayudarte a aliviar los síntomas del hombro congelado y mejorar tu calidad de vida sin recurrir a medicamentos invasivos. A continuación, te mostramos algunos de los más recomendados.
1. Fitoterapia: plantas medicinales antiinflamatorias
- Cúrcuma: conocida por su potente efecto antiinflamatorio. Puede consumirse en cápsulas o en infusión con pimienta negra y jengibre.
- Harpagofito: ideal para aliviar dolores articulares y musculares.
- Salvia: útil en mujeres que atraviesan desequilibrios hormonales.
2. Compresas calientes y aceites esenciales
- Compresas calientes: aplicar calor húmedo ayuda a relajar los tejidos y mejorar el flujo sanguíneo.
- Aceite esencial de romero o lavanda: mezclar unas gotas con aceite base (como de almendra) y masajear suavemente la zona.
3. Ejercicios suaves y estiramientos
- Elevar lentamente el brazo y mantenerlo estirado unos segundos.
- Penduleo del brazo: inclinar el torso hacia adelante y dejar que el brazo afectado cuelgue, haciendo pequeños círculos.
Es importante que estos ejercicios sean guiados por un fisioterapeuta o profesional de la salud, para no agravar la lesión.
4. Dieta antiinflamatoria
Optar por una alimentación rica en alimentos antiinflamatorios puede hacer una gran diferencia. Algunos de ellos son:
- Frutas y verduras frescas (especialmente arándanos, piña y espinacas).
- Frutos secos y semillas ricas en omega 3, como las nueces o chía.
- Eliminación de azúcares refinados y harinas procesadas.
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