Castilla-La Mancha solicita reducir el trasvase Tajo-Segura y exige mayor transparencia en su regulación
En un nuevo pronunciamiento sobre la gestión hídrica en España, Castilla-La Mancha ha alzado la voz para pedir una reducción del trasvase Tajo-Segura, reclamando además mayor claridad y transparencia en las reglas que regulan este sistema. Esta solicitud responde a la necesidad de proteger los recursos hídricos de la cuenca del Tajo, garantizar un uso sostenible del agua y mejorar la equidad territorial.
Una llamada a la sostenibilidad y la justicia hídrica
El Gobierno de Castilla-La Mancha considera que las actuales condiciones del trasvase no son sostenibles a largo plazo. Las autoridades regionales insisten en que el Tajo debe ser una fuente de vida y desarrollo para su territorio, y no una cuenca sacrificada en beneficio de otras regiones.
Entre los principales puntos planteados, destacan:
- Reducción de los caudales trasvasados desde los embalses de cabecera, Entrepeñas y Buendía.
- Mayor transparencia en las reglas de explotación del trasvase.
- Participación efectiva de Castilla-La Mancha en la toma de decisiones que afectan al sistema Tajo-Segura.
Contexto del trasvase Tajo-Segura
El trasvase Tajo-Segura, en funcionamiento desde 1979, permite transferir agua desde la cuenca del Tajo hasta las provincias del sureste español, donde se utiliza principalmente para el regadío agrícola y el abastecimiento urbano. Sin embargo, en los últimos años ha generado controversia por su impacto sobre el caudal ecológico del río y por las crecientes tensiones entre las comunidades autónomas afectadas.
Desigualdad en el reparto del agua
Desde Castilla-La Mancha critican que, mientras su comunidad sufre las consecuencias de años de sequía, otras regiones se benefician del agua sin compartir equitativamente las cargas ni los efectos medioambientales.
Impacto ambiental y cambio climático
El contexto de cambio climático, con una reducción general de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas, hace aún más urgente una revisión de los sistemas de gestión del agua. La cuenca del Tajo ha experimentado un descenso sostenido en sus niveles hídricos, lo que agrava los problemas de abastecimiento local y los daños a los ecosistemas fluviales.
Revisión de las reglas de explotación: una demanda clave
Las reglas actuales que rigen el trasvase determinan volúmenes mínimos por niveles y no siempre consideran la variabilidad climática o las necesidades ecológicas del río Tajo. Castilla-La Mancha exige que se revisen bajo una lógica más flexible, transparente y orientada a la sostenibilidad.
Para ello, solicita:
- Un análisis técnico independiente del impacto del trasvase en la cabecera del Tajo.
- La actualización del memorando del Tajo-Segura, firmado en 2013 y criticado por su falta de equilibrio territorial.
- El establecimiento de caudales ecológicos reales que garanticen la salud del río Tajo.
Un debate de alcance nacional
Esta petición se suma al debate nacional sobre el modelo de uso y distribución del agua en España. Castilla-La Mancha no es la única comunidad que exige una modernización del sistema del trasvase, pero su postura evidencia una creciente preocupación por la gestión equitativa de los recursos hídricos en un contexto de escasez.
Las decisiones que se tomen en los próximos meses podrían marcar un punto de inflexión en la política hídrica española, afectando tanto al desarrollo regional como a la preservación del medio ambiente.
Conclusión
Castilla-La Mancha ha lanzado un mensaje claro: el modelo actual del trasvase Tajo-Segura debe cambiar. La región reclama no solo una reducción en los volúmenes trasvasados, sino también un marco de gestión hídrica más justo, sostenible y transparente. El futuro del agua en España dependerá en buena medida de cómo se resuelvan estos tensos equilibrios entre comunidades y recursos naturales.
Para más información, puedes consultar el artículo original en Cope Talavera.