El Redentor de Monteagudo: la icónica estatua murciana que toca el cielo y renace con nueva vida
El Cristo Redentor de Monteagudo, una de las figuras más representativas del paisaje murciano, vuelve a mirar al cielo tras un proceso de restauración que ha devuelto su esplendor a la imponente estatua emplazada en lo alto del castillo de Monteagudo.
Una estatua que abraza siglos de historia
El cerro de Monteagudo ha sido un punto estratégico y simbólico desde la antigüedad, coronado por vestigios de civilizaciones pasadas. El Cristo Redentor que hoy preside el castillo fue erigido en 1951, aunque ya en los años 20 existió una versión anterior destruida durante la Guerra Civil.
Con su altura de 14 metros, la estatua se ha consolidado como un emblema religioso y cultural de la región.
La restauración: renacimiento desde las alturas
En marzo de 2024, El Redentor regresó a su trono de piedra tras un cuidadoso proceso de restauración impulsado por el Ayuntamiento de Murcia, que atendió tanto a la escultura como a las estructuras del castillo.
Detalles del proyecto de restauración:
- Reproducción exacta de la escultura dañada con materiales novedosos y resistentes al clima.
- Implantación con grúas de gran tonelaje para colocar la nueva figura de manera segura.
- Mejora del entorno para visitantes con senderos y señalización turística.
Todo ello con el fin de promover el turismo cultural y recuperar este icono murciano, que ahora vuelve a mirar al cielo con luz restaurada.
Un símbolo para Murcia que trasciende lo sagrado
Además de su carga religiosa, el Cristo Redentor forma parte del imaginario colectivo murciano. Se alza como guardián de huertas, ciudad y montes, siendo un punto de referencia visible desde varios kilómetros a la redonda.
La estatua también es un reclamo turístico de primer orden que cada año atrae a miles de visitantes interesados en la historia, el arte y las vistas panorámicas únicas que ofrece el entorno.
¿Cómo visitar el Cristo de Monteagudo?
Recomendaciones para los visitantes:
- Acceder por la ruta habilitada desde Monteagudo, con calzado cómodo.
- Evitar horas de mayor calor, especialmente en verano.
- Llevar agua y protección solar.
- Respetar señalizaciones e indicaciones de seguridad en el castillo.
Tras la restauración, el lugar cuenta con una experiencia más accesible y segura para disfrutar del monumento y su entorno.
Conclusión: un gigante de fe, historia y memoria
El Redentor de Monteagudo sigue siendo mucho más que una estatua. Es un testigo de la historia de Murcia, un reflejo de la identidad de su gente y un punto de conexión entre pasado y futuro.
Hoy, gracias a su nueva vida, vuelve a situarse como ícono indiscutible del patrimonio murciano, abrazando el cielo con su mirada serena y sus brazos extendidos sobre la huerta. Si aún no lo conoces, este es el mejor momento para descubrirlo.
Fuente original: La Tribuna de Talavera