Tradición y fervor en Toledo: la Custodia de Arfe recorre las calles entre pétalos y aplausos
Toledo se vistió de gala para celebrar su festividad más emblemática: el Corpus Christi. Las calles del casco histórico se llenaron de emoción, fe y color con el paso de la Custodia de Arfe, una joya del arte sacro español considerada una de las piezas más importantes de la orfebrería gótica.
Este año, la ciudad ha vuelto a demostrar su devoción con una participación masiva de toledanos y visitantes, quienes recibieron con vítores, aplausos y una lluvia de pétalos al paso del Santísimo Sacramento por las arterias principales de la ciudad imperial.
Una celebración que une a toda una ciudad
El Corpus Christi de Toledo es ampliamente reconocido tanto por su riqueza espiritual como por su impacto turístico y cultural. Declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, congrega cada año a miles de personas en uno de los eventos religiosos más impresionantes de España.
Las calles del recorrido se adornan con toldos, tapices, guirnaldas y un sinfín de elementos florales para dar solemnidad al paso de la procesión. Todo está meticulosamente preparado para albergar a la Custodia de Arfe, auténtico símbolo de esta jornada.
Momentos destacados de la procesión
- La Custodia, portada sobre ruedas, recorre calles empedradas entre sonidos de campanas, canto gregoriano y música de banda.
- Lluvia de pétalos desde los balcones al paso del Santísimo, un acto de profundo simbolismo y belleza.
- Participación de cofradías, autoridades civiles y militares, junto con miles de fieles.
- Una ciudad completamente engalanada, con altares efímeros y escaparates decorados temáticamente.
Custodia de Arfe: la joya que camina
La protagonista indiscutible de este día es la majestuosa Custodia de Arfe, una obra de arte elaborada en oro y plata que data del siglo XVI. Creada por el maestro platero Enrique de Arfe, esta estructura gótica de más de 2 metros de altura y 183 kilos de peso es considerada una de las mejores del mundo en su género.
La Custodia alberga en su interior otra más pequeña, del siglo XIII, realizada con el oro procedente del primer viaje de Cristóbal Colón a América. Su grandiosidad y significado espiritual la convierten en epicentro de la devoción toledana.
Una ciudad volcada en la tradición
El compromiso de Toledo con esta procesión se refleja en el trabajo colectivo que realiza la ciudadanía durante semanas previas. Asociaciones vecinales, comerciantes y entes públicos colaboran para convertir las calles en un auténtico escenario de espiritualidad y esplendor artístico.
Además, el evento representa un importante atractivo turístico, revitalizando la economía local con la llegada de visitantes nacionales e internacionales que desean vivir en primera persona esta manifestación única de religiosidad y cultura.
Un legado que se renueva año tras año
La procesión del Corpus Christi en Toledo no es solo una celebración religiosa, sino un lazo que une pasado, presente y futuro. Una herencia viva que se renueva año tras año y que toca profundamente el corazón de aquellos que la presencian.
Si aún no has asistido, esta es una experiencia que todo amante del arte, la historia y la espiritualidad debería vivir al menos una vez en la vida.
Consulta el artículo completo original en: La Tribuna de Talavera.
